La gimnástica rasca 3 puntos claves en el Santi Gutiérrez Calle sembrando la incertidumbre rayista

23/10/22


Amanecía la ciudad de Santander con un derbi en la agenda de esta soleada mañana de domingo. Sin embargo, entró en escena un protagonista, o más bien un invitado non grato a la ceremonia entre torrelaveguenses y el filial racinguista: el desesperante viento. Como una bola de nieve creciendo por la pendiente, los casi 30 kilómetros/hora registrados durante el choque arrasaron con la tranquilidad, censurando un mayor control del esférico que se mecía al viento constantemente. También tuvo la culpa la latosa brisa en el fantasmagórico tanto olímpico de Marotías, cuyo balón fue ‘supuestamente’ el único que rebasó la línea de gol en los 90 minutos. A pesar del gol, los pupilos de Ezequiel Loza no se rindieron y, a trompicones, generaron ocasiones, eso sí, sin peligro extremadamente considerable. La antítesis de una Gimnástica, que, de corte defensivo y si bien no arribó tanto a las inmediaciones de Germán, olía el pavor rayista en cada mínima oportunidad que se presentaba provocando los silencios en la grada.

Con poco dominio, pero nadando con cautela entre las olas de aire, así arrancaron el derbi un Rayo y una Gimnástica que se conocen de sobra a merced del historial de muchos de los visitantes en el filial racinguista. Los primeros minutos desprendían aroma de derbi con todo el dinamismo ofensivo saturando la banda de Gándara con los constantes cambios de banda de los eléctricos Dali y Yeray. El carioca, artista del desborde, fue desvaneciéndose con el paso de los minutos -empezando a convencerse erróneamente de que la guerra se hacía por su cuenta-; mientras que, Yeray, algo más generoso en la creación, resbalando ‘demasiado’ en la imprecisión.

Cual tenaz púgil, la Gimnástica se supo defender de las embestidas del endiablado tridente de ataque de los locales, y fue en el minuto 13 en una contraofensiva, tras gran carrera del ariete burgalés, Tobar -bien retenido grosso modo por los centrales verdiblancos-, que llegaría el jolgorio visitante con una magnífica rosca del zurdo Marotías desde el banderín. Lo que parecía ser una partida sin faroles, de tú a tú, con el gol se apoderó la controversia de una grada resentida por la autenticidad de éste. Y es que, por vicisitudes de la competición, no pudo ser comprobado exhaustivamente. Es en estos momentos cuando se echa en falta la tecnología del nivel profesional, ese VAR, ese detector de goles; sin embargo, esta es la magia y la esencia del fútbol modesto, donde hay que vivir navegando por la incertidumbre y la tensión.

Es a partir del primer impacto de la Gimnástica al mentón del Rayo cuando pidió paso Jeremy, una de las pocas noticias positivas del encuentro para la parroquia ‘verde’. El jovencísimo delantero zurdo de 17 años tuvo una distendida disputa con la solidez de Goñi y Chamorro en defensa, pero aún así, consiguió destapar más de un aplauso en la grada a merced de su carencia de complejos, desparpajo y sorprendente toque. Balón que pasaba por sus pies, balón que de alguna manera sacaba beneficio mediante slaloms o atrayendo defensas, como Haaland o Giroud, -naturalmente salvando las distancias-. Es a raíz del minuto 35, con casi tres faltas calcadas en el costado del área de Amigo, que el Rayo vislumbraba la posibilidad de empate antes del descanso, aunque sobriamente repelidos por el cuadro torrelaveguense.

En el segundo acto, el planteamiento de Sesi proseguía dando frutos a los visitantes, domando el tempo a su antojo y conocedores de la inyección de confianza que supondrían dos victorias vitales y consecutivas contra los vecinos. “Errar o plantarse, ambos, motivos de sonrojo”. El filial racinguista salió con esta frase grabada en las pupilas, consciente de la negativa situación que estaban viviendo. Pronto le querrían dar la vuelta a la tortilla a manos de Dalisson, que ponía el ritmo ofensivo con la colaboración de Yeray, Jeremy al espacio y el ‘correcaminos’ Mario García volcando la atención en su sector izquierdo. Lo intentaba además Ezequiel Loza con un reajuste táctico, mandando a la banqueta a un desaparecido Gete, depositando su confianza en el guante derecho de Neco Telorio y trocar el 4-3-3 inicial en un 4-4-2 con Dani González y Diego Campo en un doble pivote más atrevido.

El esfuerzo, en cambio, fue en vano. Malas decisiones, carencia de cohesión y precipitación en las entregas fueron los últimos ingredientes del insípido cóctel que propuso el Rayo en vísperas del pitido final. Más allá de unos córneres envenenados de Yeray y alguna pincelada de Jeremy en su particular recital, el peso del tiempo empezaba a hacer mella con la entrada en juego del nerviosismo, y de eso se aprovecharon el omnipresente Altadill, Unai y Javi Cobo avasallando a la defensa en los errores locales.

Llegó el ’95, previo a una retahíla de pérdidas de tiempo de Amigo -que se jugó la tarjeta en repetidas ocasiones-, y el pitido dictaba sentencia sobre lo acontecido. No fue pues una casualidad, sino la consecuencia de un equipo poseedor de demasiadas individualidades, sibarita del juego individualista, más dado a avanzar por separado que a recular todos juntos. Cabizbajos por ceder el derbi, los rayistas enfilaron el túnel de vestuarios pensando desde ya en el faraónico choque que le espera la próxima jornada en casa del líder de la categoría, el Arenteiro. En la otra cara de la moneda, la hinchada torrelaveguense celebró este férreo triunfo con la alegría de la plantilla y empezando a edificar el puente hacia la permanencia en el Playoff de Ascenso a Primera RFEF.

FICHA TÉCNICA

Rayo Cantabria: Germán; Mario, Álvaro, Mirapeix, Entrecanales
(San Emeterio m. 68); Dani González, Gete (Neco Celorio m. 59), Diego Campo (Carrascal m. 85); Yeray, Jeremy, Dalisson.

RS Gimnástica Torrelavega: Amigo; Marotías, Chamorro (Montiel m. 44), Goñi, Gándara; Alberto (Josemi m. 62) Altadill, Javi Cobo, Unai (Brian m. 85), Basurto (Dani Álvarez m. 62) Tobar (Tirado m. 85)

Goles: (0-1) 13’ Marotías clava un polémico gol olímpico desde la esquina derecha.

Árbitro: Gorka Mazo Maruri del comité castellanoleonés. Mostró tarjetas amarillas a los locales Dani González y Dalisson mientras que por parte de los visitantes fueron amonestados Alberto, Gándara, Basurto y Josemi.

Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de la Segunda RFEF disputado en el Estadio Santi Gutiérrez Calle en el complejo deportivo Nando Yosu (Santander) ante aproximadamente 600 espectadores.

Crónica: Daniel Soriano