Rajoy prepara un aparcibimiento para que el Govern se retracte

11/10/17


El presidente Rajoy decidió anoche convocar un Consejo de Ministros extraordinarioeste miércoles, a las nueve de la mañana, para tomar las medidas oportunas tras «la declaración de independencia implícita» que había realizado Carles Puigdemont por la tarde, según anunció la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, a las diez y media de la noche.

Fue una comparecencia tan corta como tajante. La vicepresidenta no adelantó qué medidas serán las que se tomen hoy, pero fuentes del Gobierno apuntaron claramente a la posible aplicación del artículo 155 de la Constitución, para intervenir competencias autonómicas y restablecer la defensa del interés general y la ley en la Comunidad de Cataluña. El primer paso para esa activación es, precisamente, la celebración de un Consejo de Ministros, que enviaría un requerimiento al presidente autonómico para que rectificara, con un plazo que debe fijar el propio Gobierno.

Pero anoche el presidente del Gobierno se afanaba por lograr el consenso con los partidos constitucionalistas, sobre todo con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, que se reunió con Rajoy a última hora para analizar los pasos que debían tomarse. El presidente del Gobierno también estuvo en contacto con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, que se ha mostrado partidario de activar cuanto antes el artículo 155 para convocar elecciones autonómicas.

Nada más terminar la intervención de Puigdemont, desde La Moncloa se afirmó a ABC que había sido «un chantaje retransmitido en directo». «Pero el Estado no va a ceder a ningún chantaje, no lo va a permitir», precisaron las fuentes consultadas.

Sáenz de Santamaría subrayó que era inaceptable dar validez a la ley del Referéndum, suspendida por el Tribunal Constitucional, así como dar como válido el supuesto recuento de un referéndum fraudulento e ilegal. Tampoco es aceptable, añadió la vicepresidenta, dar por sentado que los catalanes han dicho que quieren independencia. «Tampoco es admisible hacer una declaración implícita de independencia para luego dejarla en suspenso de manera explícita», apuntaron desde el Gobierno.

La vicepresidenta advirtió a Puigdemont de que el diálogo en democracia se hace dentro de la ley, y según las reglas del juego establecidas, y no «inventándolas» sobre la marcha. 

Declaración «suspendida»

La segunda parte de las aciagas jornadas de septiembre se vivió ayer en el Parlamento de Cataluña con la declaración de independencia por parte de Carles Puigdemont, «suspendida» inmediatamente, solo ocho segundos después, por el mismo presidente autonómico.

«Hay un antes y un después del 1 de octubre. Y hemos conseguido lo que nos comprometimos hacer al inicio de la legislatura. Llegados a este momento histórico, y como presidente de la Generalitat, asumo presentarles los resultados del referéndum, ante todos ustedes y ante nuestros conciudadanos: el mandato del pueblo para que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república. Esto es lo que hoy hacemos, con toda solemnidad, por responsabilidad y por respeto. Y con la misma solemnidad, el Govern y yo mismo, proponemos que el Parlament suspenda los efectos de la declaración de independencia, para que las próximas semanas iniciemos un diálogo, sin el cual no es posible llegar a una solución acordada. Creemos firmemente que el momento pide, no solo la desescalada en la tensión, sino sobre todo, la voluntad clara y comprometida para avanzar en las demandas del pueblo de Cataluña, a partir de los resultados del 1 de octubre, resultados que hemos de tener en cuenta, de manera imprescindible, en la etapa de diálogo que estamos dispuestos a abrir».

Con estas palabras, el presidente de la Generalitat desveló la forma en la que daba cuenta de los resultados del referéndum ilegal del 1 de octubre. Una independencia breve y que supuso máxima tensión en las filas de Junts pel Sí (JpS) y de estos con la CUP en las horas previas al pleno. «La presión sobre Puigdemont ha sido máxima, total, desde Madrid y desde Europa», indicó una de las personas que estuvo a su lado.

Sobrevoló incluso la ruptura del pacto entre JpS y la CUP. Esta situación obligó a JpS a firmar, con la CUP, después del pleno un documento que presentaron como la «Declaración de independencia de la república catalana». En el texto, entre otras cosas, se declara «la plena soberanía» de Cataluña, la «aplicación» de la ley de Transitoriedad y el inicio del «proceso constituyente».

Es el texto que la CUP hubiera querido proclamar en el pleno, pero de momento los antisistema solo consiguieron que lo firmaran los diputados de JpS y la CUP, en un evento paralelo al reglado y legal. Y será pasto de la propaganda independentista para asegurar que la independencia ya se ha proclamado. «Madre, acabamos de declarar la independencia. Estamos alucinando», aseguraba un cargo intermedio del PDECat por teléfono, poco después de cantar «Els Segadors».

Poco antes se había desarrollado la sesión plenaria, prevista inicialmente para las 18.00 horas, pero que se retrasó una hora a petición del mismo Puigdemont, ya que la CUP no aceptaba la propuesta de «independencia suspendida» y le exigió que declarase la secesión e iniciara el proceso constituyente, tal y como se indica en la ley del referéndum y en la ley de Transitoriedad, suspendidas ambas por el Tribunal Constitucional.

La intervención de Puigdemont no aportó ninguna novedad respecto a lo manifestado los últimos días (cargó contra el Gobierno, el Rey y los medios de comunicación con sede central fuera de Cataluña) y reiteró que «el sí a la independencia ha ganado un referéndum bajo una lluvia de golpes de porra, las urnas dicen sí a la independencia y este es el camino». Insistió, varias veces, en iniciar un periodo de «diálogo» con el Gobierno.

Sin embargo, estas palabras no fueron suficientes para la CUP, que traía una intervención «coral» en varias lenguas y cuya exposición iba a ser de los diez diputados. Así, Anna Gabriel lamentó la decisión de «suspender» la independencia por parte de Puigdemont e indicó que «hoy (por ayer) tocaba proclamar solemnemente la república catalana».

«Esta proclamación de la república no ha llegado como nos gustaría. (…) No podemos callar ante los efectos suspensivos de los resultados. (…) Hemos venido a hacer una república y no pensamos renunciar», añadió Gabriel. En este sentido, Gabriel reprochó al presidente autonómico su propuesta de «diálogo» y «mediación». «¿Con quién?», preguntó la portavoz de la CUP, que recordó las cargas policiales del 1-O de la Guardia Civil y la Policía Nacional, bajo mandato judicial.




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