El Castillo, El Pendo y Covalanas protagonizan un artículo en la 'Cambridge Archaeological Journal' sobre el impacto de la morfología de las cuevas en la elaboración de las pinturas rupestres

17/10/20


Imagen de pinturas en la Cueva de Covalanas. (Foto: Oficina de Comunicación).

Las cuevas cántabras de El Castillo, El Pendo y Covalanas protagonizan un artículo, publicado en la revista científica 'Cambridge Archaeological Journal', que profundiza en el estudio de las paredes de las cavernas como elementos esenciales en la producción de las pinturas rupestres.

 

El trabajo, firmado por los investigadores de la Universidad de Durham, Takeshi Sakamoto y Paul Pettitt, y por el director del MUPAC y las Cuevas Prehistóricas de Cantabria, Roberto Ontañón, pone el foco en la naturaleza física de las paredes y techos de las cuevas y su impacto en el proceso de creación y contemplación de las imágenes pintadas y grabadas sobre esos soportes.

Varios estudios han intentado documentar la relación entre esos rasgos físicos del soporte y el arte. Rasgos morfológicos como convexidades, concavidades, fisuras o cornisas fueron incorporados con frecuencia en las representaciones de animales que dominan el arte paleolítico, distorsionando incluso la apariencia de las imágenes a medida que cambia el punto de vista del observador.

Los resultados de esta investigación indican que los artistas paleolíticos emplazaron deliberadamente las imágenes en unas topografías muy específicas. Según los autores, el carácter restrictivo de estas decisiones y el hecho de que las distorsiones resultantes de esas elecciones específicas podrían haber sido perfectamente evitadas, pero no lo fueron, sugieren que la interacción entre el observador, el arte y la pared fue esencial en el 'arte de las cavernas'.

Este estudio supone un importante avance cuantitativo ya que se basa en el análisis de 54 imágenes de animales realizadas en el Paleolítico superior avanzado en las tres cuevas de Cantabria, y además es interesante desde el punto de vista metodológico porque introduce un nuevo uso de la fotogrametría y el modelado 3D para documentar la morfología de las paredes de las cuevas y establecer la relación específica entre éstas y el arte creado sobre ellas.