El Cementerio de Ciriego rehabilitará a partir del 7 de enero el exterior del Panteón Pardo

28/11/20


González-Huergo explica que el estado de conservación del panteón en su conjunto obliga a acometer esta primera actuación para la que se destinarán un total de 39.590 euros

El Cementerio de Ciriego rehabilitará a partir del próximo 7 de enero el exterior del Panteón Pardo, que forma parte del patrimonio municipal del Ayuntamiento de Santander por extinción de la concesión, según ha informado el concejal de Patrimonio, Víctor González-Huergo.

El edil ha explicado que se destinarán un total de 39.590 euros a la primera fase de restauración, que afectará a la parte externa del mausoleo y tendrá una duración máxima de tres meses.

Según ha explicado, esta intervención es de máxima importancia para ralentizar el deterioro del panteón debido al deficiente estado de conservación en su conjunto.

Las filtraciones de agua y la destrucción de gran parte de la bóveda y del mosaico principal del altar obligarán a realizar otras cuatro actuaciones a futuro para las que será necesaria la valoración de expertos en restauración.

De esta forma, en 2021 se procederá a la reparación exterior; para, en siguientes ejercicios, abordar la restauración del mosaico principal del Calvario; la recuperación de los cuarterones y arcos de la bóveda; la intervención sobre las pinturas murales de la bóveda; y la rehabilitación de las pinturas de las pechinas.

González-Huergo, en representación de Cementerio Jardín de Cantabria S. A, ha firmado el contrato de las obras, adjudicadas a Construcciones y Rehabilitaciones Técnicas del Norte, S.L. 

El panteón de la familia Pardo fue incluido en 2007 en el Catálogo del Patrimonio Cultural del Cementerio de Ciriego, firmado por Carmen Bermejo, Paula Alegría y Patricia Gómez, teniendo en cuenta los siguientes criterios de valoración: por ser representativo de un autor, el arquitecto Javier González Riancho; por la ubicación en un entorno de interés, se ubica en la parte monumental del cementerio; por su riesgo de desaparición; por su estado de conservación; por su reconocimiento académico; por su valor arquitectónico; por su singularidad, y por su excepcionalidad.

Ante la precariedad del estado del bien, en 2018 fue instalado un toldo en la cúpula del inmueble, pero debido a las inclemencias ambientales las filtraciones de agua han continuado deteriorando su interior.

Historia del Cementerio de Ciriego

El cementerio de Ciriego fue inaugurado en 1885. Hasta ese momento las inhumaciones en Santander, a lo largo del siglo XIX, se habían realizado en la propia ciudad, fundamentalmente en la Catedral y el convento de San Francisco, lugar en el que actualmente se erige el Ayuntamiento de la ciudad.

El crecimiento de la población y las medidas higiénicas y sanitarias promovidas en la época de la Ilustración inducen a que en 1830, bajo el impulso del Obispo Menéndez de Luarca y el maestro de obras de José Alday, se inaugure la antigua necrópolis con continuas remodelaciones y ampliaciones.

Este hecho hace que durante un tiempo ambas necrópolis convivan hasta la década de los años veinte del siglo pasado. Esta convivencia crea una seña de identidad muy particular, el traslado de panteones del antiguo cementerio. Así Ciriego se convierte en el contenedor de algunas de las obras de la antigua necrópolis.

Casimiro Pérez de la Riva, que desde 1879 ocupa el cargo de arquitecto municipal de Santander con tan sólo 28 años, es el encargado en 1881 de elaborar las nuevas trazas de lo que será el Cementerio Municipal de Santander. El cometido del mismo era sustituir al ya mencionado cementerio de San Fernando, que a mediados del siglo XIX ya comenzaba a mostrar verdaderos problemas para su uso y su cercanía con la población santanderina.

En la actualidad, el recinto de Ciriego, que ocupa una superficie de 18 hectáreas (180.000 m2), constituye una producción artística ecléctica que crea un conjunto histórico único.

Pérez de la Riva diseñó un cementerio de planta cruciforme que se alejaba de la tradicional planta rectangular utilizada en los cementerios mediterráneos. El cementerio católico adoptaría la forma de cruz, emblema de la redención cristiana, que además facilitaría la posibilidad de realizar futuras ampliaciones prolongando los brazos de la misma.

El proyecto se completó con un cementerio civil, edificios civiles utilizados como viviendas del conserje, párroco y sepultureros, y una capilla actualmente desaparecida, que estuvo situada donde hoy se levanta la actual.

La gestión del Cementerio de Ciriego está a cargo de Cementerio Jardín de Cantabria S. A. desde 1991. A lo largo de estos años se han implementado mejoras para la administración del propio cementerio. El principal hito fue la digitalización de todos los libros de difuntos del cementerio. Esto permitió y permite dar un rápido servicio para localizar a los finados.