El Congreso tumba la moción de censura y Casado se consagra como líder del centro derecha

El hemiciclo ha tumbado la moción de censura de Vox. Un final anunciado desde su nacimiento allá en el mes de julio pero que esta mañana resulta más duro de lo previsto entre las filas del partido de Santiago Abascal, al ascender los votos en contra a 298 frente a solo 52 votos a favor (la bancada de Vox). No se ha producido ninguna abstención. 

La iniciativa no solo fracasa aritméticamente como estaba previsto sino que no logra asfixiar al PP, partido contra el que iba realmente. Todo lo contrario, el líder de la oposición, Pablo Casado, ha desplegado a las alas del centro derecha arrinconando a Abascal. «No somos como usted porque no queremos ser como usted, así de sencillo», «nos hace venir a perder tiempo en plena segunda oleada de contagios», o «nadie debería romper los abrazos queSuárez, la Pasionaria y Gutiérrez Mellado» fueron algunas de los dardos que lanzó Casado. 

El presidente de los populares ha anunciado su  voto en contra a la moción de censura con un duro discurso que consagra su giro al centro. Construyó su alocución sobre ataques a Vox, distancia con las ideas de este grupo y mensajes de concordia entre los españoles que fueron descolocando progresivamente a Abascal. 

Le reprochó duramente la división del voto de la derecha y le acusó de ser cómplice de que hoy Pedro Sánchez sea presidente del Gobierno. «Vox es el seguro de vida de Sánchez para seguir de inquilino en La Moncloa», le acusó. En cambio, ofreció una propuesta «serena, sensata, moderada, responsable y proeuropea» y recibió repetidas ovaciones desde su bancada.

El desconcierto del presidente de Vox era visible en los gestos e intercambio de expresiones con su portavoz, Iván Espinosa de los Monteros, y él mismo lo acabó confirmando desde la tribuna de oradores. «Perplejo», dijo sentirse. «No esperaba para nada que esta fuera su intervención», añadió.

El presidente de Vox buscó atacar a Casado asegurando que «por fin vuelve el PP de siempre», «el vicesecretario de Comunicación de Rajoy. Siguiendo este hilo le acusó de unirse a la «brutal caricatura» que la izquierda y el independentismo hacen de Abascal y vaticinó el «hundimiento» de los populares tras el «gigantesco error» de hoy. Según el presidente de Vox, Casado se ha colocado en una «equidistancia imposible». 

No habrá ruptura en los territorios

El líder de Vox reprochó a Casado los ataques que le lanzó en el «plano personal» y le recordó que el PP gobierna en las comunidades de Andalucía, Murcia y Madrid gracias a sus votos. Le pidió, por ello, que al menos una vez le dé «las gracias». 

A pesar de que este recuerdo parecía una amenaza, Abascal puntualizó que no romperá estos acuerdos. «Si yo fuera como usted ha dicho hoy aquí, dejarían de gobernar en Madrid, Andalucía y Murcia, pero los andaluces, madrileños y murcianos pueden estar tranquilos respecto de la responsabilidad histórica de Vox», aseguró. 

Iglesias, contra Casado

El discurso del líder del PP no solo pone en aprietos a sus rivales de la derecha sino también al Ejecutivo cuyos miembros escucharon al líder de la oposición con expresión de fiasco desde el banco azul. Pedro Sánchez buscó ayer poner en aprietos a Casado exigiéndole que hoy rompiera con la «extrema derecha» y el presidente de los populares lo ha hacía con creces. 

La prueba más evidente de ello es que el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, pidió la palabra para intervenir y centró su discurso en Casado, en lugar de Abascal, proponente de la moción contra el Gobierno. Este turno dio lugar a un cara a cara entre ambos en el que acabó pidiendo entrar el líder de Vox, que veía como se quedaba fuera del debate. 

Iglesias reconoció a Casado haber realizado una alocución «brillante» e «inteligente», aunque a su juicio «llega tarde» y no permite el entendimiento con el Gobierno. «Ustedes están en un atolladero del que no van a poder salir y el que se han metido ustedes solitos», analizó acusando al PP de haber dado alas a Vox. Casado no podrá llegar a La Moncloa sin Abascal, aseguró.

El líder popular replicó asegurando que muchos jóvenes del 15-M se acercan ahora a Génova decepcionados por el gobierno de coalición y equiparó a la izquierda con Vox en «radicalidad y revanchismo» frente a la reconciliación que propugna el PP. 

Por su parte, la portavoz socialista, Adriana Lastra, dedicó tanto tiempo a dirigirse a Casado como a Abascal. 

Abascal vs. Podemos

Antes de este tenso cara a cara, la segunda jornada de la moción de censura ha arrancado con un dura bronca entre Unidas Podemos y el candidato a presidente del Gobierno, Santiago Abascal, a cuenta de la igualdad de sexos.

La formación morada repartió su tiempo de intervención entre cuatro diputadas distintas -Sofía Fernández Castañón, Aina Vidal, Roser Maestro y Lucía Muñoz- que centraron sus alocuciones en dibujar a Vox como un grupo machista y clasista. 

Abascal aceptó el órdago y subió a la tribuna de oradores para darle la vuelta al argumentario morado y desnudar sus contradicciones. «Ustedes son mujeres, pero no representan a las mujeres. Las hemos visto gritando groserías por las calles y quemando capillas. La gran mayoría de las mujeres de este país no son como ustedes», les espetó.

El candidato a presidente del Gobierno ha continuado preguntando a las cuatro diputadas si a ellas también les secuestran la tarjeta del teléfono móvil, en alusión al «caso Dina» que implica al vicepresidente segundo Pablo Iglesias.«¿Cuándo va a negociar Iglesias con Irán las llevan con velo? ¿las invitan?», ha proseguido. 

Siguiendo con las contradicciones de la formación morada, Abascal ha reprochado que este grupo defienda que a las mujeres «hay que creerlas siempre» pero que acusara de mentir a la diputada de Vox que denunció haber recibido una pedrada en un acto político en el País Vasco. 

En esta línea, recordó que el PSOE, socio de Podemos, es el único partido político que mantuvo en su cargo a un condenado por violencia machista,Jesús Eguiguren, y les recordó su silencio ante el escándalo de abusos y prostitución destapado en las menores tuteladas de Baleares.