Julio Anguita, líder histórico de Izquierda Unida, muere a los 78 años

16/05/20


Julio Anguita

Julio Anguita, ex coordinador federal de Izquierda Unida, ha muerto este sábado a los 78 años en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. Anguita, que ha fallecido a las 11.00, ingresó allí hace justo una semana tras sufrir un paro cardiaco en su domicilio. Durante estos siete días ha permanecido ingresado en la UCI en estado crítico, una situación que ha empeorado en las últimas horas.

La última vez que se vio públicamente al conocido como el Califa Rojo, por sus resultados electorales arrolladores en la ciudad de la que fue alcalde de 1979 a 1986 y que ahora lo despide, fue hace apenas unos días. En un vídeo publicado el 4 de mayo por el Colectivo Prometeo, del que formaba parte, Anguita hace un llamamiento desde su confinamiento domiciliario en plena pandemia por el coronavirus: “En estos momentos de crispación, hace falta serenidad, reflexión y sopesar razones. De cómo salgamos del hoy, va a ser el mañana”.

Llevaba retirado de la primera fila de la política desde 2000, cuando dejó la dirección de IU después de un segundo infarto. El corazón le había dado ya varios avisos. El primero en plena campaña electoral, cuando se presentaba como candidato a la presidencia del Gobierno en 1993 después de una carrera que lo consolidó como uno de los políticos más respetados a derecha e izquierda. Anguita, con su eterna barba, caía bien a la gente pese a su carácter adusto. De su mano y bajo el lema “Programa, programa, programa”, IU obtuvo su mayor éxito electoral en 1996 con 21 diputados, año en el que José María Aznar ganó por primera vez las elecciones para el Partido Popular.

Maestro de escuela y licenciado en Historia, el político nacido en Fuengirola (Málaga, 1941) volvió a su puesto en un instituto de Córdoba tras pasar el liderazgo de IU a manos de Francisco Frutos. Pero nunca se dejó de hablar de él. Participó en conferencias, eventos públicos y entrevistas hasta el final. Una tarde de 2003, minutos antes de participar en un acto en Getafe (Madrid), recibió el mayor palo de su vida. Su hijo mayor, el periodista Julio Anguita Parrado, había muerto en Irak alcanzado por un misil cuando cubría el conflicto para el diario El Mundo. “Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen”, condenó el dirigente comunista al enterarse. Ya jubilado, renunció por escrito a la pensión vitalicia a la que tenía derecho por sus años como parlamentario. El líder histórico de Izquierda Unida llevó en sus últimos años una vida tranquila en Córdoba para cuidar de su maltrecho corazón, pero nunca había desaparecido del todo, hasta hoy.

El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Córdoba acogerá la capilla ardiente del exalcalde de la localidad, que debido a las medidas excepcionales por la pandemia, no estará abierta al público. Su familia ha trasladado su agradecimiento por las muestras de cariño manifestadas al conocerse el fallecimiento del político cordobés a través de un comunicado remitido a la agencia Europa Press: “Ante la imposibilidad de dar respuesta personalmente a las innumerables muestras de apoyo recibidas en la última semana, quiere trasladar su más sincero agradecimiento por el cariño mostrado. Toda la fuerza que en estos días habéis enviado a Julio, nos acompaña y reconforta ahora a nosotros. Gracias, de corazón”.