Abierto el proceso participativo para elegir el color del nuevo pavimento de los Jardines de Piquío

12/04/25


Exposición Jardines de Piquío

La alcaldesa inaugura en el Casino del Sardinero una exposición sobre la historia de los emblemáticos jardines, en la que los ciudadanos podrán conocer la evolución de los elementos constructivos y participar en la consulta que determinará el color azul o negro del futuro pavimento.

El Ayuntamiento de Santander ha abierto este sábado un proceso participativo para que los ciudadanos puedan elegir el color del nuevo pavimento de los Jardines de Piquío, lugar emblemático de la ciudad que en la actualidad está siendo objeto de las obras de renovación y acondicionamiento que supondrán una inversión municipal de 1.360.128 euros.

Así lo ha anunciado la alcaldesa Gema Igual coincidiendo con la inauguración de la exposición sobre la historia y evolución de los Jardines de Piquío, que puede visitarse en el Casino del Sardinero, desde donde los santanderinos podrán tomar parte en esta consulta.

La forma de participar, ha explicado, es sencilla. Los ciudadanos que lo deseen deberán rellenar una papeleta indicando la opción elegida, entre el negro o el azul, -al tratarse de los dos colores elegidos para este pavimento a lo largo de la historia-. Además, mostrarán su DNI al personal de la sala antes de depositar su voto.

La regidora ha repasado los principales hitos de la transformación de los jardines y ha invitado a los ciudadanos a conocer su evolución. “El color del pavimento de Piquío ha sido objeto de debate para los santanderinos a lo largo de la historia, por eso ahora queremos tener en cuenta sus preferencias para incorporarlas al proyecto que tenemos en marcha”, ha asegurado.

Igual ha insistido en que la renovación de este espacio – un proyecto del estudio De la Fuente Arquitectos, con David Añíbarro como paisajista– es una actuación muy solicitada y consensuada con los vecinos y el sector turístico de la zona, que permitirá rehabilitar y mejorar los jardines manteniendo escrupulosamente el diseño original en todos los aspectos.

Como ha recordado y con el objetivo de acometer un acondicionamiento de los jardines fiel a su identidad, antes del inicio de los trabajos se llevaron a cabo las catas necesarias para conocer las diferentes capas e intervenciones realizadas a lo largo de los años de cara a obtener información concreta que se ha sumado a la disponible en diferentes documentos y planos.

Ahora, la exposición que puede verse en el Casino pone el foco en la evolución de los Jardines y en la figura de Ramiro de Mesones Saiz Martínez, arquitecto municipal entre 1925 y 1960 que desempeñó un papel clave en la transformación del frente litoral entre San Martín y Cabo Menor, y redactor del proyecto de renovación de los jardines.

La muestra, compuesta por diversos paneles, pone el foco en la visión estética y la sensibilidad hacia el entorno reflejadas en los distintos elementos de los jardines de Ramiro de Mesones, quien supo aprovechar con gran visión los desniveles del terreno y combinar el arbolado con pérgolas, senderos, escalinatas, miradores, novedoso mobiliario urbano y originales elementos como el Reloj de Sol y Tierra paralela o la Rosa de los Vientos.

“Piquío es una zona muy transitada y muy querida por todos y por ello vamos a llevar a cabo una actuación de la que los ciudadanos puedan sentirse orgullosos”, ha añadido Igual.

Los Jardines de Piquío ocupan un espacio emblemático e identitario en Santander. El primer ajardinamiento se produjo en el año 1897 y en 1925 Ramiro Saiz Martínez reordenó y construyó los Jardines como los conocemos en la actualidad.

Negro y azul / Historia de dos colores

En la segunda mitad del siglo XIX, cuando el promontorio de Piquío comenzó a ser una zona de disfrute y esparcimiento para santanderinos y visitantes, sus caminos eran de gravilla.

En Santander, en 1897, las principales calles adoquinadas del centro se cubrieron de asfalto, un material novedoso en aquel momento que la prensa de la época describía como un piso limpio, cómodo y económico, pero su aplicación generó un gran debate con comentarios jocosos en los periódicos, como la posibilidad de renombrar la elegante “Calle de La Blanca” como “Calle de La Negra”.

Las numerosas fotografías de Piquío entre esa época y la primera década del siglo XX sugieren que sus caminos siguieron siendo de gravilla y la primera noticia sobre el alquitranado se lee en la prensa en junio de 1920.

El alquitrán o brea, llamado popularmente “pichi” en Santander, es una sustancia natural, viscosa y de color negro, obtenida a partir de materia vegetal y mineral.

En su proyecto de ordenación y embellecimiento de 1932, Ramiro de Mesones decidió dar continuidad al color negro del pavimento optando por el asfalto fundido. De bajo coste y fácil aplicación y mantenimiento, este material se adaptaba muy bien al sinuoso trazado de los caminos que diseñó, con numerosos entrantes para ubicar bancos, parterres y otros elementos como las elegantes creas rojizas de ladrillo.

Inicialmente negro muy oscuro, el asfalto clareaba con el tiempo hasta adquirir un tono grisáceo que resultaba ideal como fondo neutro para el festival de colores que explota en Piquío cada primavera.

Este pavimento cumplió su función hasta que a finales de los años 80 comenzaron a formarse burbujas en la superficie que muchos recordamos. En 1998, el Ayuntamiento realizó una “intervención global” de Piquío y para corregir los desniveles del suelo, se optó por una pasta niveladora de color azul, prevista como solución temporal antes de una capa final de pintura negra que nunca llegó a aplicarse.

Este cambio de color, aunque bien recibido por algunos, también dividió a los santanderinos.

Para muchos, el gris oscuro original representaba la identidad de unos jardines que ya eran históricos, mientras que otros veían en el azul una opción más fresca, nueva y moderna.