Opinión


01/12/19

Onésimo Pérez

  1. El papel de la mujer en el mundo de los toros

    Este año, atendiendo la invitación de mi buen amigo Claudio Acebo que me brinda la ocasión año tras año de llenar las páginas de su brillante revista taurina, he elegido como tema de mi artículo la presencia de la mujer en el mundo de los toros.

    Ahora es una práctica muy común descalificar a todo aquel que defiende la fiesta siempre apelando a la libertad de expresión, y como cada uno es libre de pensar, escribir e incluso colgarlo en las redes sociales, pues voy a hacer uso de esa libertad para exponer mi visión sobre lo que representa este colectivo dentro de la fiesta nacional, me refiero al colectivo femenino.

    Se ha escrito mucho de la mujer en los tendidos de las múltiples plazas de toros, bellas y maravillosamente vestidas, dan un tinte de color al ambiente y lógicamente al espectáculo.

    ¿Verdad que no se concibe una corrida de toros sin la presencia de la mujer en los tendidos?; No sé si lo he oído o lo he leído pero el caso es que a un paisano que no le gustaban los toros decía lo siguiente: “-Este espectáculo por si solo y sin la presencia de las mujeres no me agradaría de ninguna manera”- Y repetía:- Yo que he ido a la plaza de toros docenas de veces, ¡Ojo!, sin gustarme, si en la plaza no entraran mujeres jamás habría pagado por ver este espectáculo, ni pagándome a mí, hubiera ido a verlo. Cuando voy paso el noventa por ciento del tiempo observando la belleza y el disfrute de las mujeres en el tendido, lo que sucede en el ruedo no me dice nada, no le encuentro absolutamente nada que tenga de agradable ni bonito, lo único que me atrae es la reacción de las bellas mujeres divirtiéndose mientras el torero elabora su obra delante del toro. Os digo más, si los toros fueran un espectáculo donde por lo que fuera, estuviera prohibida la asistencia al género femenino, sin ningún problema votaría un referéndum a favor de su prohibición o firmaría en una recogida de firmas con mi dni.

    Esto es una muestra de la fuerza que tiene la mujer en un festejo taurino, sin su presencia sería como tener un jardín si flores, así el espectáculo cobra belleza y color, sin duda prueba indiscutible de la hermosura española.

    Reconocer como no podía ser de otra manera, a todas aquellas mujeres que han tenido el valor de ponerse ante una res brava de manera profesional, unas como matadoras de toros, otras como novilleras pero todas en fin poniendo su vida en favor de esta fiesta, mujeres de hoy de ayer y de siempre que a pesar de las trabas que se les pusieron dentro de esta sociedad machista supieron destacar como Juanita Cruz, Conchita Citrón, Cristina Sánchez, Maribel Atienza, Mari Paz Vega; También Cantabria tuvo una mujer torera, Mari Carmen Bouzan natural de Torrelavega, hija de Justo Bouzan (Moris), y nieta de Manuel Bouzan (Cielito), su carrera duro tres años y llego a tener carnet profesional de torera en 1980, su nombre aparece en el Cossío.

    También en la vida laboral la mujer ha estado muy presente formando parte desde hace cientos de años de la realización de múltiples funciones en el marco taurino, con más protagonismo del que se le reconoce. Es muy cierto que hay más sastres que sastras de toreros, pero también a los diestros los visten las mujeres, como en el caso de “Nati”, y que heredó de su madre del mismo nombre un taller donde se confeccionaban trajes de luces, chaquetillas, lentejuelas, camisas y todo lo que compone el traje de torear, primorosamente bordados por hábiles y sutiles manos femeninas.

    Pero este mundo comprende un amplio  abanico donde las mujeres tienen su sitio, asi están las mujeres empresarias taurinas, ganaderas, periodistas, fotógrafas o veterinarias e incluso mujeres presidentas de corridas de toros como fue el caso  de Sevilla en esta pasada feria de Abril.

    No podemos obviar la fuerte presencia de la mujer en el terreno sentimental, siempre el matador ha sido respaldado y querido por las mujeres de su familia, mujeres que sufrieron y sufren en la sombra la profesión de sus hijos, sus maridos, sus padres o sus hermanos. Bienvenida sea la tecnología a nuestras vidas, me estoy refiriendo a los teléfonos móviles que permiten conocer in situ todo lo que ocurre en la plaza, atrás quedaron las largas esperas en las casas de esas madres y esposas aguardando una llamada, generalmente del apoderado, que les tranquilizara, aunque algunas veces no era así, muy al contrario la llamada esperada era el duro golpe de la mala noticia.

    Muchas mujeres han pasado por trances tremendos soportando la pérdida de su ser querido, como Gabriela madre de Joselito que sobrevivió a la muerte de su hijo y Dña Angustias Sánchez madre de Manolete que corrió la misma suerte o Isabel Pantoja que perdió a Paquirri una fatídica tarde en Pozoblanco, o Marta, madre del Yiyo que recibió el cadáver de su hijo en su propia casa.

    Unas y otras son mujeres sufridoras, hace años se quedaban en casa rezando ante la imagen de su devoción hasta que terminaba la corrida, hoy las cosas han cambiado y  deciden ir a la plaza, no se puede generalizar pero si las que deciden ir pueden soportar tanta emoción me parece elogiable.

    Estas mujeres tienen un papel pasivo que consiste en amar y respetar la decisión del torero para con su profesión, y esperar el momento que deciden su retirada con verdadero anhelo.

    Finalmente rendir un pequeño homenaje a todas ellas, madres esposas e hijas que son el motor de nuestras vidas, vaya desde estas páginas mi mas sincero reconocimiento.