Opinión
Más artículos de Onésimo Pérez
- El Paseillo
- ¿Y ahora qué?
- El toro bravo mas grande jamas lidiado en una plaza de toros
- Olivenza
- Retomamos donde lo dejamos...
- Toros en El Espinar
- Los toros son Cultura
- El mundo del toro resurgirá de nuevo
- El Paseillo
- El Paseillo
- El papel de la mujer en el mundo de los toros
- Un año sangriento
- El Paseillo
- Capitalistas
- El paseillo
- El paseíllo
- Y ahora... MADRID
- Ponce
- Temporada 2017

















Joselito el Gallo: El rey del toreo, el soñador del pueblo
Comenzamos con Joselito el Gallo, el rey del toreo, el soñador de plazas imposibles.
¡Acompáñame en este recorrido por arte, pasión y legado!
Identidad
Orígenes familiares
Carrera taurina
Rivalidad con Belmonte
Dos estilos, dos visiones
División de pasiones
Final conmovedor
“Murió Joselito, y con él, una parte de mí”
Belmonte, taurino intelectual
El soñador de plazas imposibles
Visión monumental
La Monumental de Sevilla
Conflicto y legado
Anécdotas memorables
Genio precoz
“¿Con la derecha? Anda, toréala tú”
— Corrigiendo a su hermano Rafael en un tentadero a los 8 años.
Durante su etapa de novillero, cuando apenas tenía trece años, recibió la indicación de un subalterno de coger la muleta con la derecha. Con absoluta seguridad, le interrumpió:
“Haga usted el favor de callarse, que yo sé lo que me hago”
y continuó torear al natural.
Además, supo detectar desde fuera del ruedo cómo una vaca estaba “toreada de antes” solo por su comportamiento al verla sin tocarla.
Obsesión por torear
Incluso cuando no tenía contratos, buscaba reses para intentar torear improvisadamente. En una ocasión, toreó “de salón” a una res imaginaria mientras esperaba en el coche por un pinchazo nocturno, y definió su actitud con orgullo:
“¡Es para que sepáis que yo soy también ‘torero nocturno’!”.
Creatividad y teatralidad
Un día en Sevilla innovó junto a su hermano Rafael una suerte artística: se colocaron ambos de frente al toro, presentando capotes como si se retaran, obligando al toro a pasar entre ellos y culminando ambos el quite con gran estilo visual.
También improvisó la famosa “faena de los pañuelos”: arrojó pañuelos desde las rodillas al toro para provocarlo y luego trazó una faena espléndida, rematando con la espada sin moverse de la postura inicial.
Cifras impresionantes
Toreó 681 corridas (26 de ellas solo) y estoqueó más de 1.500 toros en solo siete temporadas plenas. Fue partenaire de Belmonte en 257 tardes, y lidió con decenas de toreros distintos.
En 1915 cortó la primera oreja otorgada en la Maestranza de Sevilla y en 1918 logró el primer rabo concedido en Madrid. Fue además el primer torero en superar las cien corridas por temporada en 1915, 16 y 17.
De albañil por diversión
Consejo de maestro
“Porque no me has preguntado”
— A Ignacio Sánchez Mejías sobre el uso de la espada.
Fue el primer torero que los ganaderos escuchaban para aconsejarles sobre la cría y selección de toros bravos, aparte de repartirse las temporadas en plazas Monumentales y promover la renovación del espectáculo taurino.
Devoción y generosidad
Muerte trágica, El toro Bailaor, fatalmente legendario
Ese toro de la Viuda de Ortega era burriciego (no veía bien de cerca). Durante su actuación en Talavera, Joselito lo trasteó confiado, se alejó tras un remate y el toro lo cogió mortalmente: le clavó el pitón en el vientre tras voltearlo.
El tren del luto
“Se acabaron los toros.”
Cierre lírico
Joselito no solo toreó toros, toreó la historia.
Fue arte breve. Pero es eternidad larga.
Su sombra aún cruza la arena cada tarde que España recuerda su nombre.