Los santanderinos eligen el color azul para el pavimento de los Jardines de Piquío

09/05/25


Consulta pública Jardines de Piquío

Agustín Navarro da a conocer los resultados del proceso abierto para dar voz a los vecinos, en el que han participado 854 personas empadronadas en Santander, de las que 536 han elegido el color azul (62,76%) y 318, el negro (37,24%).

Los santanderinos han votado mayoritariamente por el color azul para el nuevo pavimento de los Jardines de Piquío en el proceso participativo abierto por el Ayuntamiento para dar voz a los vecinos en el proyecto de renovación y acondicionamiento que se está ejecutando en este lugar emblemático de la ciudad con una inversión municipal de 1.360.128 euros.

El concejal de Fomento, Agustín Navarro, ha dado a conocer los resultados de la votación, que se ha mantenido abierta en el Casino del Sardinero entre los días 19 y 27 de abril, junto a una exposición en torno a la historia y la transformación de estos jardines a lo largo de los años.

Una vez chequeados los resultados con el listado del padrón, con el fin de identificar los votantes empadronados, el resultado es el siguiente: Han participado 854 personas empadronadas en Santander, de las que 536 han elegido el color azul (62,76%) y 318, el negro (37,24%).

Como ha recordado el edil, los ciudadanos que han tomado parte en la consulta rellenaron una papeleta indicando la opción elegida, entre el negro o el azul, -al tratarse de los dos colores elegidos para este pavimento a lo largo de la historia-. Además, mostraron su DNI al personal de la sala antes de depositar su voto.

“El color del pavimento de Piquío ha sido objeto de debate para los santanderinos a lo largo de la historia, por eso hemos querido tener en cuenta las preferencias de los santanderinos para incorporarlas al proyecto que tenemos en marcha”, ha asegurado.

La renovación de este espacio es una actuación muy solicitada y consensuada con los vecinos y el sector turístico de la zona, que permitirá rehabilitar y mejorar los jardines manteniendo escrupulosamente el diseño original en todos los aspectos.

El responsable municipal ha remarcado que el acondicionamiento de los Jardines de Piquío será fiel a su identidad y ha asegurado que los ciudadanos se sentirán orgullosos de la actuación que está llevando a cabo el Ayuntamiento para poner en valor esta zona.

Como ha detallado, antes del inicio de los trabajos se llevaron a cabo las catas necesarias para conocer las diferentes capas e intervenciones realizadas a lo largo de los años de cara a obtener información concreta que se ha sumado a la disponible en diferentes documentos y planos.

Los Jardines de Piquío ocupan un espacio emblemático e identitario en Santander. El primer ajardinamiento se produjo en el año 1897 y en 1932 Ramiro Saiz Martínez reordenó y construyó los Jardines como los conocemos en la actualidad.

Negro y azul / Historia de dos colores

En la segunda mitad del siglo XIX, cuando el promontorio de Piquío comenzó a ser una zona de disfrute y esparcimiento para santanderinos y visitantes, sus caminos eran de gravilla.

En Santander, en 1897, las principales calles adoquinadas del centro se cubrieron de asfalto, un material novedoso en aquel momento que la prensa de la época describía como un piso limpio, cómodo y económico, pero su aplicación generó un gran debate con comentarios jocosos en los periódicos, como la posibilidad de renombrar la elegante “Calle de La Blanca” como “Calle de La Negra”.

Las numerosas fotografías de Piquío entre esa época y la primera década del siglo XX sugieren que sus caminos siguieron siendo de gravilla y la primera noticia sobre el alquitranado se lee en la prensa en junio de 1942.

El alquitrán o brea, llamado popularmente “pichi” en Santander, es una sustancia natural, viscosa y de color negro, obtenida a partir de materia vegetal y mineral.

En su proyecto de ordenación y embellecimiento de 1942, Ramiro de Mesones decidió dar continuidad al color negro del pavimento optando por el asfalto fundido. De bajo coste y fácil aplicación y mantenimiento, este material se adaptaba muy bien al sinuoso trazado de los caminos que diseñó, con numerosos entrantes para ubicar bancos, parterres y otros elementos como las elegantes creas rojizas de ladrillo.

Inicialmente negro muy oscuro, el asfalto clareaba con el tiempo hasta adquirir un tono grisáceo que resultaba ideal como fondo neutro para el festival de colores que explota en Piquío cada primavera.

Este pavimento cumplió su función hasta que a finales de los años 80 comenzaron a formarse burbujas en la superficie que muchos recordamos. En 1998, el Ayuntamiento realizó una “intervención global” de Piquío y para corregir los desniveles del suelo, se optó por una pasta niveladora de color azul, prevista como solución temporal antes de una capa final de pintura negra que nunca llegó a aplicarse.

Este cambio de color, aunque bien recibido por algunos, también dividió a los santanderinos.

Para muchos, el gris oscuro original representaba la identidad de unos jardines que ya eran históricos, mientras que otros veían en el azul una opción más fresca, nueva y moderna.