Opinión
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Breve historia del desarrollo de la idea de un idioma internacional en Cantabria
Las noticias más antiguas son una referencia al proyecto de carácter filosófico desarrollado por el sacerdote Bonifacio Sotos Ochando (1853), probado por la existencia de algún libro suyo en la Biblioteca Municipal de Santander. De este tema se ocuparía Gumersindo Laverde y Ruiz en 1867. La Sociedad de la Lengua Universal, creada en Madrid para su difusión, no parece tuviera adeptos en Cantabria.
La aparición del volapük, del sacerdote católico alemán Johann Martín Schleyer, tuvo repercusión en nuestra región con informaciones de prensa y la creación de un centro para su divulgación. Delpent lo propagaba en Santander en 1886, y en 1887 representaba al Centro Julián Fresnedo de la Calzada. Mayor actividad desplegaron en Madrid los hermanos Arce Bodega (Joaquín, empleado en el Senado, y Jesús María, sacerdote), hijos de José de Arce Bodega. En 1886 Jesús María era vicepresidente 2.º del Círculo Filológico Matritense. Joaquín, miembro de la Association Française pour la propagation du Volapük, obtenía el título de profesor de volapük en 1887, idioma que enseñaba gratuitamente; en 1888 presidía el Centro Volapukista Matritense y en 1889 vino a Santander para colaborar en su difusión; escribió artículos y publicó un folleto de 16 p., La Pasilalia, en el que se declaraba partidario del volapük por su sencillez, facilidad y por la popularidad alcanzada (1889). Seguía activo en 1890.
El 26 de julio de 1887, según el calendario gregoriano (en la Rusia zarista regía el calendario juliano y era el 14 de julio), publicaba el oculista polaco Ludwig Lazar Zamenhof el primer libro sobre el esperanto cuya versión francesa llegaba a España a finales de ese año.
Se considera a Joaquín de Arce Bodega primer esperantista español por figurar en el primer directorio de esperantistas publicado, pero no realizó ninguna actividad en pro de este idioma y continuó enseñando el volapük.
El artículo La Lengua Internacional, suscrito por X, publicado en La Atalaya, el lunes 5 de abril de 1897 parece el más antiguo en presentar el esperanto en Cantabria.
El primero en divulgar el esperanto en nuestra región fue un joven palentino, licenciado en Filosofía y Letras, que vino de profesor a un colegio de Castro-Urdiales, Andrés Bravo del Barrio. Sus afanes por la taquigrafía le llevaron al conocimiento del esperanto. La Atalaya informaba el 28 de mayo de 1899 de la aparición del núm. 1 de Revista de Taquigrafía y Fonetismo, dirigida por Ramón Andreu Bella, que incluía una Introducción á la Gramática, Esperanto y Diccionario. Fue su iniciación. Instalado en Santander escribió artículos informativos sobre el esperanto en El Correo de Cantabria.
Pero, tenemos que referirnos a su físico: excluido del servicio militar obligatorio por su escasa estatura, menos de 1,50 m, que disimulaba utilizando chistera y zapatos con alza, lo que fue objeto de chanzas en la prensa regional. El extravío de la chistera cuando llegó a Cantabria ya fue comentado jocosamente y los zapatos le valieron, en nuestra ciudad, el apodo de Taconucos. Uníase un carácter "bravo" que en las discusiones pretendía mostrar superioridad y, como vemos en sus afanes por el esperanto, era, dialécticamente, desafiante, retador.
Editó en Santander la publicación Esperanto (1902), la primera que se dedicó a este idioma en España. El resultado de su labor por el esperanto aquí fue pésimo. Su análisis sería demasiado extenso.
En 1904 y 1906 Mediargoños (seudónimo del teniente Federico Medialdea Muñoz) escribe sobre el esperanto en El Avisador, de Santoña; en 1907 Amancio Tomé disertaba sobre El Esperanto en el Círculo Católico de Obreros de Torrelavega; y en 1908 y 1909 un sacerdote vasco, Francisco de Bilbao Goiri-goltzarri, publicó una serie de artículos en El Asón, de Ramales. Exiliado en Uruguay, el anarquista torrelaveguense Rafael Barret publicaba en La Razón, de Montevideo (24 de agosto de 1909) un ensayo explicando las ventajas de este idioma: Moralidades actuales: El esperanto.
En Santander reaparecía en 1917 con el Grupo Juneco, que presidiría Eugenio Diego Salcedo, más tarde Leopoldo Andueza y Agustín Tomás Iglesias. En 1919 disputaba sus partidos el equipo de fútbol Esperanto, de Mataporquera. En 1922 se funda un segundo grupo, en el barrio de La Albericia, el Grupo Zamenhof que presidía Federico Venero. En 1925 José Ungidos hablaba sobre el esperanto a los ex-alumnos de las Escuelas Cristianas.
El Ateneo Popular iniciaba en 1926 cursos de Esperanto con 22 alumnos siendo su profesor Federico Venero. Los avatares de la sección esperantista de este Ateneo pueden leerse en el libro de Fernando de Vierna sobre el Ateneo Popular de Santander. De su brillante labor destacaríamos la edición por la sección Infantil Esperantista de la revista Culturas, una exposición y la organización en Santander del X Congreso Nacional de Esperanto, con amplia difusión local y nacional, la inauguración de la calle Dr. Zamenhof (cuya placa había realizado Manuel San Emeterio Ajau) y la edición de una completa guía turística de la provincia en Esperanto. El doctor Enrique Diego Madrazo, en su libro Pedagogía y eugenesia, dedicaba el capítulo XVIII de la primera parte a tratar favorablemente el tema El esperanto en la escuela.
En Torrelavega se organizaría el Grupo Espero en 1934, cuyo secretario, y profesor, fue Andrés Herreros Gutiérrez y que se encuadraría en la Biblioteca Popular. Lo presidía Miguel Martínez Vitorero y contaba con 35 miembros. Ambos tenían los mismos cargos en la Agrupación del Partido Izquierda Republicana. Allí disertaría sobre «El problema de la lengua auxiliar internacional, y su solución: el Esperanto», el profesor esperantista del Ateneo Popular, de Santander, don Serapio Elvira. Organizaron una exposición de objetos esperantistas. En 1936 se elegiría presidente a Francisco Romero. A consecuencia de la guerra fallecía, a finales de ese año, Andrés Herreros en el frente de batalla, y en enero de 1937 se acordaba dar su nombre al Grupo Esperantista.
Consecuencia de la guerra civil fue que, reducidos y controlados los derechos de reunión y asociación, las sociedades esperantistas fueron clausuradas en España, excepto una. Un síntoma de desafección del nuevo régimen hacia el esperanto fue la supresión de todas las calles dedicadas al idioma o a su iniciador, también excepto una. La calle del Dr. Zamenhof en Santander, fue, como todas las calles nominadas durante el periodo republicano en la ciudad, suprimida. Diversas voces han pedido en la prensa su restauración sin éxito.
Reorganizados los esperantistas a nivel nacional bajo el nombre de Federación (lo de Asociación no caía bien), en la primera Junta Directiva entró como vocal el mallorquín coronel Miguel Ribas de Pina (apoyó el golpe de Estado, pero su intento de defensa del general Batet, fue causa de que no promocionara en la carrera militar), que vivía en Santander en donde era activo miembro del Centro de Estudios Montañeses. Como en otros lugares de España, los esperantistas se organizaron en torno a la estructura cultural y deportiva de Educación y Descanso, que en nuestra ciudad impartía clases anualmente y cuyo acto más destacado fue una conferencia pública, con asistencia de autoridades civiles y militares, para recordar el centenario del nacimiento del Dr. Zamenhof en 1959. Un hecho mencionable que, además, prueba el daño realizado por la labor de Andrés Bravo del Barrio, se produjo en 1962 cuando el sacerdote P. Antonio Solano Polanco publicaba el artículo Esperantos a diez céntimos, ejemplo de desconocimiento e intolerancia. No reaccionaron los esperantistas santanderinos directamente, sino que recabaron la colaboración de la Federación Española de Esperanto. El periódico publicaría la carta remitida por Mariano Cantalapiedra desde Valladolid titulada La ortodoxia del esperanto y días más tarde el propio sacerdote publicaba su rectificación, También se reza a Dios en Esperanto, tras recibir una carta del Dr. Rafael Herrero García, presidente de los esperantistas españoles. En 1967 el P. Adrián Zulueta daba una conferencia en el Ateneo de Santander como introducción al curso de esperanto que impartió al año siguiente en la Escuela y Laboratorio de Idiomas de los PP. Jesuitas.
El 23 de agosto de 1985 se fundaba la Asociación Cántabra de Esperanto, que presidió Juan Antonio Madrazo Aranguren, profesor más de quince años de los cursos del Grupo Esperantista de Educación y Descanso, desaparecido con la caída del sistema sindical predemocrático. En este 2022 ha organizado el 80.º Congreso Español de Esperanto en Comillas, con escasísima presencia en los medios de comunicación, cuyo artífice ha sido Miguel Gutiérrez Aduriz, ex-miembro de la Academia de la lengua Esperanto. Destacar en esta etapa una exposición informativa en Santoña y la edición de un volumen con relatos de Manuel Llano traducidos al esperanto.
Aprovechó Tomás Ortiz García su estancia temporal en Torrelavega para impartir un curso con 40 alumnos en la Asamblea Comarcal de Cruz Roja en 1990 e impulsar la creación de un efímero grupo esperantista, que dirigían José María Cortina Alberti y Enrique Ferrer Casamitjana. Su marcha parece se llevó también el interés por el idioma. Después la CNT solicitó la colaboración de Miguel Gutiérrez Aduriz, quien ha impartido algún curso y presentado el idioma p. e. 1999, 2002 y 2011; asimismo, en 2008 disertó sobre el esperanto en el Instituto de El Zapatón.
Esta es muy brevemente la historia de la difusión de la idea de una lengua común para la humanidad en nuestra región y que actualmente se circunscribe a las actividades de la mencionada Asociación Cántabra de Esperanto.
Para finalizar digamos que el proyecto de lengua internacional Lusane, esbozado ya en 1960 y publicado en Brasil en 1974 fue obra del mejicano Luis Remigio Sáinz López-Negrete, antiguo alumno del Colegio de los Escolapios de Santander, hijo de los emigrantes cántabros Manuel Sainz de Rozas Pardo-Santayana, natural de Villar de Soba, y de Elvira Susana López Negrete Sainz de Arredondo, nacida en Ramales de la Victoria.